viernes, 11 de febrero de 2011

El año de los cuatro tarros

Día 1
Son las 6.40 am llego a mi escritorio y empiezo mi investigación, estoy un tanto nerviosa esperando la oportunidad de cruzar la mirada con algun colega que también tenga una gran investigación por hacer, me doy cuenta que eso no sucede, no hay personas a mi alrededor solo zombis, caminando desesperados hacía algo que no puedo distinguir.

Día 30
He descubierto que lo que buscan estos zombis es una bebida de color oscuro que sirven muy caliente en las mañana, se parece al café, aunque en ningún momento tiene el sabor del café que he probado. Me doy cuenta que si voy a trabajar cerca de estos zombis necesito un tarro para cafe.

Día 120
Pasan los meses y he aprendido a imitar ese paso lento camino hacia el zombi-café, mi tarro empieza a verse usado y la agarradera esta floja, he decidido reemplazarlo por uno nuevo.
Mal había transcurrido la mañana cuando una zombie amigable observa con detenimiento mi tarro así que con el afán de evitar que reaccionara y tratara de comerse mi cerebro le obsequio mi nuevo tarro. Ahora creo que voy a regresar a mi viejo tarro.

Día ??
Hoy en la mañana , camino al centro de investigación, Gansopato me regalo un tarro de café, ya no tengo que regresar al anterior... mi investigación va muy bien, o no sé ya no me acuerdo que era lo que estaba investigando, pero imito bien el andar de los zombis, disfruto el recorrido matutino hacia el zombi-café, he pensado en que debería disfrazarme de harapos y bablbucear un poco mientras camino.

Día ??
Hoy he encontrado con que hay algunos pocos como yo que se disfrazan de zombis y caminan hacia el zombi-cafe junto con los demás a paso lento y en harapos para disimular.

Día (no se que día es)
Uno de los pseudozombies que conocí, me ha obsequiado un tarro en señal de amistad que yo recibo gustosa, creo que este es el cuarto que recibo en el año.

Han pasado más días ya he dejado de contarlos, un nuevo cientifico llegó, al igual que yo al principio observó con extrañeza a los zombis que desfilan por la mañana al zombi-cafe, este me agrada así que le presto mi tercer tarro,además he pensado en acompañarlo en la ruta matutina de los zombis. Mi andar es más tranquilo, menos tenso empiezo a entender a estas criaturas, no son zombies y no usan harapos, más bien son seres incomprendidos.

Pasaron más y más días , creo...
Me doy cuenta que ya no recuerdo como hablar por haber balbuceado tanto tiempo y además cuando quize correr asustada por ese decubrimiento mis musculos estaban engarrotados, me vi en el espejo y me di cuenta de que mi cara estaba sucia y mi cabello enredado.

Me había convertido en uno de ellos...decidí retirarme antes que la metamorfosis fuera definitiva, con mucho pesar corte mi cabello, limpié mi cara y le devolvi el tarro al pseudozombie amistoso, no podía conservar nada de ese lugar, probablemente podría contagiarme de nuevo y me retire. Casi me pierdo en mi propia investigación.... aún sufro secuelas...

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